Reto 1m50: el diario de una gesta

En los tiempos que corren en los que el ciclismo es considerado un deporte de riesgo, las iniciativas para buscar la conciencia de los conductores se multiplican. Eso es de alabar, puesto que de esta forma se sensibiliza a las masas sobre un problema que afecta a todos. Así lo creyó Alejandro López, con la firme convicción de recorrer los Pirineos en nueve etapas a modo de ‘huelga’ a la japonesa, uniendo por el camino a muchos ciclistas que hicieron con él algún tramo.

ETAPA 1

Después de meses de preparación y entrenamientos hoy ha llegado el día, hoy inicio el #reto1m50. Atrás quedan los nervios y dudas del inicio. La primera etapa ya es historia, ¡ahora tan solo quedan 8! Antes de nada quiero agradecer a todos aquellos que han venido esta mañana a la salida; La Unió Ciclista Sant Cugat, Genesis Cycling Team, Retto Team y a todos los demás amigos y compañeros de fatigas.

También a la prensa que ha acudido. La etapa de hoy, ha sido una de las menos duras, 162 kilómetros, de Sant Cugat a Sant Esteve d’en Bas. (recorrido) Una etapa marcada sobre todo por el calor. Mañana toca un hueso duro, 233 kilómetros, dejando atrás tierras catalanas y entrando ya en tierras francesas.

ETAPA 2

Segunda etapa concluida. Superando con creces los 200 kilómetros. Hoy he tenido mucha y buena compañía. De buena mañana, han pasado a recogerme por el hotel, una quincena de componentes del CC BAS, de Sant Esteve d’en Bas, con los que he compartido los primeros kilómetros de la etapa, hasta Ripoll.

Una vez en Ripoll y tras atender a los medios de comunicación locales (ver notícia aquí), y hacerme la foto con el teniente de alcalde y regidor de deportes del ayuntamiento de Ripoll, tres nuevos compañeros han tomado el relevo del CC BAS. Estos tres últimos, me acompañaron hasta la cima de la Collada de Toses. A partir de aquí tocó pedalear solo, por delante 130 kilómetros, y el tiempo parecía que no me iba a respetar, ya que bajando la
collada empezó a caer alguna que otra gota, pero por suerte no fue a más y llegando a Puigcerdá el tiempo se serenó y el sol salió para quedarse.

Hasta aquí mis kilómetros por tierras catalanas, ahora y durante 3 días más, el recorrido transcurrirá íntegramente por tierras francesas. Los paisajes cambian radicalmente, el verde es el máximo protagonista del paisaje que me rodea.

ETAPA 3

Tercera etapa del reto, la primera etapa que transcurre completa por tierras francesas, Tarascón sur Ariège – Saint Marie de Campan. Un recorrido digno de ser etapa reina de cualquier gran vuelta, 224 kilómetros y 4000 metros de desnivel, con 5 puertos míticos del Tour de Francia; Port de Lers (1517m), Col d’Agnes (1517m), Col de Portet d’Aspet (1069m), Col de Menté (1349m) y Col d’Aspin (1490m).

A las 9 de la mañana me pongo en marcha desde el Hotel Confort, sabiendo lo que me espera por delante, por suerte el día parece que no será muy caluroso, lo que beneficia a mis características, ya que con temperaturas muy altas, sufro bastante.

ETAPA 4

Tras la paliza de ayer, hoy no es menos. 100 kilómetros menos, pero con más desnivel. 131 kilómetros con 4500m de desnivel, Saint Marie de Campan – Luz Saint Sauveur (recorrido). Tres colosos por delante. El primero, el mítico Tourmalet, por la vertiente de la Mongie. Los primeros km. son los más fáciles, los que sirvieron para que las piernas se calentaran un poco, ya que el dolor era bastante grande, del esfuerzo del día anterior. Pero pronto, llegando a las primeras rampas duras, encuentro las míticas pasarelas del Tourmalet, y a la mente me vienen tantas y tantas imágenes del mes de julio de tantos y tantos ídolos que han pasado y sufrido por el mismo sitio que lo estaba haciendo yo en esos momentos.

ETAPA 5

161 kilómetros por delante y 5.800 metros de desnivel (recorrido). Sin duda un hueso duro el que toca hoy. Partiendo de Luz Saint Sauveur hasta Sabiñánigo, dejando así durante unas horas tierras francesas. Cuatro son los puertos que tengo que escalar; Luz Ardiden, Col du Soulour, Col d’Aubisque y por último el Portalet.

Saliendo del Hotel Les Templiers, me dirijo a la primera ascensión que será a Luz Ardiden, un puerto con mucha historia. Aquí fue donde el gran Miguel Indurain consiguió una victoria de etapa en el Tour del 1990. Durante la ascensión iba recordando imágenes de mis ídolos subiendo por el mismo sitio en el que yo lo hacia, algo que me ha sucedido y me sucederá durante todo el tiempo que mi reto transcurra por tierras francesas, territorio Tour de Francia.

ETAPA 6

166 kilómetros y casi 5.000 metros de desnivel. De Sabiñánigo a Bagneres de Luchon. Por delante tres puertos; Túnel de Bielsa, Col de Val Louron-Azet y Col de Peyresourde. Saliendo del Hotel la Pardina, me dirijo a la plaza del ayuntamiento donde había quedado con algunos componentes de la Peña Ciclista Edelweiss, entre los que se encontraba el presidente de la peña, Fernando Escartín, ex-ciclista profesional y uno de mis ídolos de infancia. A partir de aquí hay que seguir en solitario. Más de 140 kilómetros por delante.

Primero un largo descenso hasta Fiscal, ahora unos 30 kilómetros muy rápidos y bonitos hasta Ainsa donde tomare dirección a Francia de nuevo. 45 kilómetros que se me hicieron muy muy largos. Hasta Ainsa, es un terreno pajarero 100%, falso llano con repechos, mucho calor y un sol de justicia. El terreno perfecto para que cuando la carretera se incline un poquito más me venga a visitar el “hombre del mazo”.

ETAPA 7

Séptima etapa, la más corta y se supone que la más sencilla. Por delante 118 kilómetros con algo más de 3700 metros de desnivel (recorrido). Port de Balés, Superbagneres y Col du Portilhon serán los puertos a los que tendré que subir en esta etapa. Antes de salir del hotel (Villa Portillon), me encuentro con el dueño, Mike. Un ingles afincado en el pirineo francés, que es un apasionado del ciclismo e incluso tiene una empresa de rutas guiadas por los Pirineos (Peak Times), a quien le cuento todo mi viaje y lo que queda de él.

Mike, thank you very much for opening the doors of your house and making my challenge easier. We’ll be back! Thanks! Sin más entretenimiento, me pongo en marcha, a primera hora de la mañana el calor ya es bastante importante, por encima de los 30 grados, lo que me hace una idea de lo que me espera en el día de hoy. El primer obstáculo, es el Port de Balés, un puerto famoso en los últimos años por el polémico ataque o no ataque de Alberto
Contador a Andy Shleck cuando a este se le saltó la cadena.

ETAPA 8

Octava y penúltima etapa. Esta es quizá la etapa que más corta se me puede hacer puesto que me conozco el recorrido muy bien. De Vielha a El Serrat (Ordino). 180 kilómetros con 4.150 metros de desnivel (recorrido). Port de la Bonaigua, Port del Cantó y el puerto que más me gusta Arcalís. Pero antes, tengo que hacer referencia al Ayuntamiento de Vielha y en concreto a la imagen de su Alcalde y el concejal de deportes, porque la tarde anterior me recibieron en el ayuntamiento y se mostraron muy interesados en la campaña e incluso me dijeron que mirarían de instalar alguna señal que recuerde la distancia de seguridad #1m50. Espero que puedan hacer las gestiones necesarias para conseguirlo. Sin duda una actitud muy positiva. Sin más preámbulos, nos ponemos en marcha, unos 20 ciclistas salimos de Vielha dirección a la Bonaigua.

ETAPA 9

Más de 1400 kilómetros recorridos, hoy es la última etapa, tan solo restan 212 kilómetros y 2500 metros de desnivel para terminar (recorrido). Hoy desde El Serrat (Ordino) hasta Sant Cugat, punto de inicio y final del reto. Los componentes de l’ACA en Andorra la Vella, que me acompañarán hasta la Seu d’Urgell. Un tramo que se me hace realmente corto en parte por que es todo favorable pero también por la charla tan amena y amistosa que tuve
con ellos durante todo el trayecto.

A partir de Solsona empieza el punto donde peor lo he pasado durante todo el reto. Largas rectas, temperaturas muy altas y claros síntomas de estar deshidratado. Por suerte, ahí estaba Nacho para ayudarme a superar ese momento difícil que duró hasta Navarcles. Aquí empieza el último obstáculo del reto, una subida larga, de 20 kilómetros pero sencilla que en esta ocasión se me hizo más dura que nunca. Eso si, salió a relucir mi vena competitiva y
“ataqué” a unos 500 metros de la cima, para terminar el reto con buen sabor.

Texto y Ph: Alejandro López

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