El ex de Belkin arrancó la temporada mostrándose como una gran promesa. A su corta edad hay que añadir su calidad en las subidas, lo que le valió el título de campeón del Tour Down Under. Debido a que desea ardientemente ser ese holandés que recuperó el podio de París para su país, se ha cambiado a Garmin, donde no tendrá en teoría ningún líder que tapone sus esperanzas y ambiciones.
De este modo, Mollema y Gesink respiran tranquilos, no así su equipo, que pierde fuerza a pasos agigantados. Con ellos no tendría posibilidad de liderar de inicio a una escuadra a medio plazo ni tal vez descubrir el Tour o una gran vuelta como capitán.
En Garmin es diferente. Para empezar porque su líder en grandes no es un potencial podio, como es Hesjedal, que sí, venció un Giro, pero con una serie de circunstancias a favor y sin perspectivas de volverlo a repetir.
Por ello y por completar su crecimiento ha firmado por el equipo, siempre orientado a las vueltas por etapas, donde espera brillar. También la inestabilidad mostrada por Belkin, así como los conflictos surgidos dentro debido a motivos varios, entre los que se encuentran los libros de ex-ciclistas o algunos conflictos con corredores de la plantilla.
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