El checo, campeón del mundo de ciclocross, ya tiene un objetivo claro para esta temporada recién iniciada: las clásicas de primavera. Tras haber sido sexto en la pasada París-Roubaix y haberse impuesto en el Eneco Tour, compuesto de pequeñas etapas-clásica, el corredor de Omega-Pharma se presenta como aspirante a ser una de las grandes revelaciones.
Mal equipo para aspirar a ello, o tal vez no. La presencia de Boonen y el prometedor Terpstra, con mejor recorrido que él en este tipo de pruebas, le quitarán presión y en caso de necesidad táctica, dejarían en superioridad al conjunto belga, que jugaría con ventaja. Y de eso bien podría aprovecharse el de Planá, muy rápido en las llegadas y muy fuerte en todos los terrenos.
Quien mejor pudo comprobarlo fue Philippe Gilbert, su víctima en la séptima etapa de la pasada Vuelta. Ambos escaparon del control del pelotón en un trazado ratonero y entre los dos disputaron la llegada, venciendo con claridad el checo, muy superior al belga, uno de los mejores clasicómanos del momento.
Habrá que ver hasta dónde puede Zdenek estirar el estado de forma, ya que en las Árdenas podría ser de nuevo uno de los favoritos. Puede que ya llegue demasiado castigado y prefiera reservar energías para su debut en el Tour, donde en caso de brillar podría convertirse en una de las mayores estrellas mediáticas a nivel mundial.
Primero tendrá que testear su capacidad en Flandes y en Roubaix, donde el podio no es ningún sueño imposible.
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