El italiano terminó de explotar en 2013, con una actuación de Giro tremenda y en general unas prestaciones muy buenas. Su origen siciliano se traduce en un control absoluto de las escapadas, siguiendo una táctica muy Rui Costa, pudiendo por habilidad, por clase y por fuerza. Es su carrera, siempre lo ha demostrado, pero este año ha dado la sensación de ser mucho más que un cazador de etapas.
En esta prueba inició su fama, luciendo la maglia rosa en el año en el que Contador se la llevó a casa por primera vez. Lucía el tricolor de campeón italiano, algo que en su país es muy valorado. Pasar de un maillot a otro es pasar de la gloria al cielo o viceversa. Aquella semana le catapultó, aunque después su prestación se mantuvo a un nivel de victorias bueno en cantidad, pero mejorable en calidad.
Hasta 2013. En su mes de mayo se destapó como un killer, alguien capaz de poder con todos los elementos. Se debe reconocer el olfato de Movistar por hacerse con él. Los resultados están llegando y a partir de ahora debe subirse el listón, pedirle que cumpla otra función superior, incluso peleando más carreras.
En ese sentido, desde el equipo le intentarán dar un calendario más internacional. El Tour está sobre la mesa, aunque es carne de Giro y su experiencia allí será requerida para pelear con Quintana por la general. Las clásicas estarán antes y allí veremos si ha decidido dar ese paso adelante o simplemente mantenerse en un corredor de días sueltos.
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