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Bahamontes, el águila al que Coppi dejó triunfar

Era el toledano un excelente escalador pero bastante anárquico, que se perdía en rifirrafes con Loroño en la Vuelta y que se conformaba con el premio de la montaña y “ tomarse helados en las cumbres mientras esperaba al pelotón” en el Tour.

Sin embargo  Il Campionissimo le hizo ver que tenía que ser más ambicioso, y que si iba a portar el maillot de Tricofilina Coppi el Tour debía ser su reto. Su directo rival Dalmacio Langarica lo instruiría en su camino hacia Paris.

Y en esto se presentaba el Tour 1959 con Gaul y Bahamontes como escaladores de tronío y la “ cuadrilla” francesa como favorita con Bobet, Anquetil, Geminiani, Darrigade y el joven portador del record de la hora, Roger Riviere. Por otro lado Henry Anglade encuadrado en el equipo regional francés y que venía de ganar la Dauphiné Liberé también contaba. Un avispero el francés, pero que no quitaba para que en la previa al Tour fueran los favoritos junto a Gaul , último ganador de Tour y Giro.

Era un Tour sin una excesiva dureza, y que además tenía 3 contrarrelojes, dos de ellas llanas y largas. A favor para los escaladores la cronoescalada al terrible volcán, al Puy de Dome.

Curiosamente la influencia de Coppi se notaba y Bahamontes llegaba a la montaña sin demasiado tiempo perdido, en un Tour en el que los subalternos franceses Darrigade y Cazala se habían repartido casi todas las jornadas de amarillo, en jornadas de fugas peligrosas y control francés en las escapadas. Los pirineos no tenían grandes puertos y a pesar de los intentos de Bahamontes no dieron mucho de sí.

Se llegaba pues al macizo central, en un día en el que se iban a afrontar las pendientes más duras jamás pisadas por el Tour , que las había afrontado anteriormente en el 52 con victoria de Coppi.

Bahamontes llegaba en 6ª posición a 7 minutos del líder belga Hoevenars..

Gaul marcaba los mejores tiempos parciales y mejor tiempo en meta con un tiempo de 37’41”que parecía inaccesible. Anquetil y Riviere quedaban lejos en los parciales, pero Bahamontes volaba por detrás y pulverizaba todos los tiempos, incluidos el de Gaul. El líder veía como los minutos le iban cayendo uno tras otro, y Bahamontes afrontaba el kilómetro final sabiéndose ganador,Langarica se desgañitaba, sólo el tiempo de Gaul estaba cerca, tampoco Anglade, el único de los favoritos que salía por detrás del águila de Toledo conseguía acercarse a sus tiempos . Tomaba la última curva y el toledano apretaba, sabía que estaba más cerca que nunca de la gloria en el Tour, cruzaba la meta y sí , la etapa era suya, 1’26” menos que su eternorival en las cumbres Gaul, 36’15”. Había aventajado a Anquetil y Riviere en mas de 3’30” y los tiempos de Anglade  que ra el mejor de los que faltaban por llegar tampoco lo superaría.

En España los transistores echaban humo, el héroe nacional, el águila de Toledo podía con los gallos franceses.

Dos días después camino de Grenoble, daba el zarpazo definitivo en compañía de Gaul que se adjudicaba la etapa. Se vestía de amarillo por primera vez en su carrera, ya no lo soltaría hasta el parque de los príncipes de París, si bien no fue fácil, Anglade le puso en aprietos en los Alpes, pero las alianzas entre franceses, cuyas guerras internas eran demenciales y que costaron no pocos pitos a estos en París) y la buena forma del español impidieron que se torciera el primer Tour español.

Bahamontes ganaba tras casi 124 horas sobre la bicicleta con Anglade, Anquetil y Riviere tras él. Había tardado en llegar, pero Bahamontes tenía su primera gran vuelta, y España su primer Tour.

Pedro Gª  Redondo

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