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La historia del pavé en el Tour

Presentación del Tour 2014 en Paris. Las sospechas se confirman, es cierto, comprobado: habrá pavé en el Tour 2014. Sí, ese terreno complejo y botoso que depara algunos grandísimos espectáculos durante la primavera ciclista y que parece reservado a unos cuantos especialistas.

Ningún ciclista hace comentarios contra este terreno en esta ocasión, pero sí los han hecho en otras. Y es que es poco habitual (casi “raro”) que en estos años el Tour programe etapas con tramos de adoquín. Los más jóvenes solo recuerdan los años 2004 y 2010, el primero con debacle de Mayo y el segundo con Franck Schleck de camino al hospital. Además de un gran espectáculo con Cancellara rompiendo el grupo de los mejores y ayudando a Andy Schleck, con Contador salvando los muebles y el pelotón destrozado.

Pero este territorio comanche donde los haya, propenso a crear diferencias y a seleccionar la carrera ha sido seña de identidad desde los albores del Tour. Podríamos enumerar las veces que desde sus inicios el Tour pasaba por tramos de piedras. Pero sería banal, puesto que en los primeros años, hasta la II Guerra Mundial, los caminos de tierra eran más habituales que las carreteras asfaltadas. Ya en la época de Anquetil las contrarrelojes y las etapas llanas, las favoritas del campeón francés, eran claves en el recorrido de la carrera, pero podemos elegir una década entre la “antigüedad” del ciclismo y la época moderna como la de los ´70 para ver lo común que eran en los recorridos del Tour los tramos adoquinados:

Tour de Francia 1971

Un tal Eddy Merckx es favorito para la victoria. ¿Esperará a la montaña? Merckx asesta un golpe camino de Bélgica, su tierra natal. Así lo cuenta el Mundo Deportivo: “El mejor ciclista de la actualidad no dudó en atacar camino de Bruselas, entre cuestas empedradas y duras colinas…” Allí, entre las colinas belgas empedradas y asfaltadas comenzó a fraguar su victoria el Canibal.

Tour de Francia 1973

Final de etapa en Harelbeke, Bélgica. De nuevo tramos de pavé. Y de los del Tour de Flandes, con rampas de más del 15%. Las diferencias en meta fueron escasas, dado que los kilómetros de pavé fueron sólo 9.

Tour de 1975

Etapa 2, con final en Roubaix y paso por el Muro de Grammont y varias cotas y tramos de pavé más. Auténtico destrozo en el pelotón con la carrera muy rota.

Tour de 1976

Etapa en Verviers con más tramos de pavé, aunque poca incidencia en la clasificación.

Tour de Francia 1977

Etapa en Roubaix, pero sin pavé “Los ciclistas se llevaron un chasco pues no hubo un solo metro que hiciera referencia al Infierno del Norte” relata el reportero de “El Mundo Deportivo”. Causaba extrañeza la falta del adoquín, más acabando en la misma Roubaix.

Tour de Francia 1978

Etapa en Saint Armand les Eaux, con más de 20 kilómetros de pavé donde los españoles ofrecieron un espectáculo “verdaderamente triste” frente a belgas, holandeses y franceses que “lanzaron sus máquinas sin importar los botes sobre el empedrado”.

En definitiva, una década de 1970 donde las etapas de pavé estaban tan sumamente presentes que no llamaban la atención de los periodistas. Es más, la no inclusión de ningún tramo en una etapa con final en Roubaix resultaba excepcional. Podemos concluir que la presencia del pavé en el Tour era habitual. Y su resultado de cara a la carrera, importante. Las diferencias en ocasiones eran trascendentales y para ser favorito a la victoria había que defenderse en el adoquín. Condicionaban una carrera con hasta 4 etapas contra el reloj y no más de 3 finales en alto, donde los más escaladores lo tenían muy complicado.

Otra cosa sería la década de los 80. En 1981 seguía presente con una etapa en Roubaix, tras la que Lejarreta entregaba el Tour y acababa “con los pies, las manos, los hombros” doloridos. Algo similar ocurría en 1983. En esta ocasión el español damnificado (25 minutos) era Julian Gorospe. Sin embargo, Arroyo llegaba con los mejores, un grupo de 30 que perdía 2 minutos con el ganador de la etapa y aventajaba en otros dos a otro grupo de 50 unidades con gente importante como Laguía.

En 1985 repetía Roubaix como final y el pavé, aunque sólo con 10 kms frente a los 49 de 1983. Las diferencias fueron escasas, entrando un grupo de 60 corredores en el mismo tiempo, con 2 minutos sobre los primeros corredores, que llegaron como en las etapas de alta montaña: en “rosario”.

Pero hasta aquí la historia del pavé en el Tour. Desde 1985 no hubo ningún tramo de pavé, ni siquiera testimonial. Pasos estrechos como el de Gois sí que los hubo (y con consecuencias para la general) pero nada más. Hasta 2004, cuando Mayo se cayó antes de entrar en el pavé y 2010, con un gran espectáculo con hasta 7 tramos (13 kms) de pavé.

En 2014 vuelve el Tour al pavé con 16 kms en 9 tramos a lo largo de los últimos 70 kms de la etapa. No se veía tanta cantidad desde 1983, hace más de 30 años, en una etapa de kilometraje similar pero con 49 kms de pavé. De nuevo tendremos una etapa para no perdernos en un tour donde los escaladores tendrán muchas opciones de resarcirse.

EDUARDO VILLAVERDE

Ph: Pedro Ceinos

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