Escocés, fue el primer británico en ganar una clasificación del Tour de Francia. Se trata del premio de la montaña. Después llegarían Cavendish y Wiggins para quitarle la exclusividad, pero el hito está y estará ahí. Famoso por sus derrotas más que por sus victorias, fue un ciclista valiente, de coraje, con más cualidades que defectos. Tiempo después, Robert Millar, pese a seguir vivo, ha dejado de existir: ahora es una mujer.
Phillippa York, nombre al que actualmente responde el gran ciclista británico, ha sido uno de los ciclistas clave en el desarrollo de la historia de este deporte durante la década de los 80′. Sobre todo para la Vuelta, donde en dos ocasiones perdió la carrera en la última etapa de montaña tras tenerla al alcance de la mano. Incluso en alguna ocasión al alcance de las dos manos.
La historia la sabemos todos. Pedro Delgado, alejado en al general, atacó en Cotos y la confianza y los enemigos granjeados a lo largo de la carrera por parte de su director haría que nadie le echase un cable. Un error en la transmisión de las diferencias provocaría que la reacción llegase tarde, cuando la carrera ya estaba perdida. El maillot amarillo quedaría herido en su orgullo. Pero volvería a suceder de nuevo al año siguiente, en esta ocasión en un marco totalmente diferente.
Se trataba de la subida a Sierra Nevada, larga, aunque no excesivamente dura. Por aquel entonces, donde los desarrollos no estaban tan avanzados como en la actualidad, era más complicado escalar. En ella sucedieron varios mundos, varias escenas diversas. El líder era Álvaro Pino. En sus rampas atacó el escocés y el gallego de Ponteareas pareció dejarse la carrera. Pero en los últimos kilómetros reaccionó y le alcanzó, dejándole en la estacada y sentenciando la carrera.
Aún quedaría la etapa de Las Palomas, pero los ciclistas se inventarían una huelga para no disputarla y daría así por terminada la carrera hasta la crono de Jerez, donde Pino se impuso y dejó claro quién había sido el más fuerte.
Pero la carrera de este gran corredor no quedaría ahí. A su victoria en Dauphine y algunas etapas en pruebas importantes como Suiza o Romandía hay que añadir sus victorias de etapa en Tour y Giro, donde finalizó segundo (una vez más) en 1987. En el Tour no pudo pasar nunca de la cuarta plaza, pero también tuvo actuaciones muy destacadas, siempre al ataque.