UN RECUERDO PARA PHIL ANDERSON

En estos días en que se alza la temporada del World Tour en Australia, vamos a recordar a Phil Anderson.

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Enfundado en aquel precioso y mítico maillot blanquinegro del Peugeot-Esso-Michelin, Anderson se convirtió en el primer líder no europeo del Tour de Francia. Aquel hecho supuso todo un acontecimiento para el ciclismo. Uno de los primeros síntomas de su globalización. Y es que conviene contextualizar este suceso, que se dio durante el Tour de 1.981. Era un ciclismo el de entonces que se circunscribía casi exclusivamente a Europa. Sobre todo a los países históricamente ciclistas como Francia, Italia, Bélgica, Holanda, España… Incluso los demás ciclistas europeos que no pertenecían a esos países tenían una consideración casi exótica en nuestra niñez. Tal era la información ciclista a la que podíamos acceder en aquel momento histórico. Así, que de repente, que un absoluto desconocido hasta aquel año como era Phil Anderson, vistiese de amarillo en el Tour fue algo totalmente inesperado. Pero de ninguna manera, quienes entonces seguíamos el ciclismo podíamos acertar a comprender todo lo que iba a cambiar nuestro deporte en unos lustros a partir de ese momento. Como para imaginarnos que dentro de unos años habría de disputarse en Australia la carrera que abre la campaña en carretera, hablamos del Tour Down Under. O que un equipo australiano, el Orica de hoy día, iba a poder hacer frente y vencer en escenarios de grandes clásicas o pruebas de tres semanas.

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El hecho de que en las televisiones europeas se hubiera emitido unos pocos años antes una serie en la que salía un canguro, y la popularidad que aquel canguro alcanzó, fue lo que propició que Anderson inmediatamente tuviese mote: Skippy, por supuesto, el nombre del canguro.

No nació Anderson en Australia. Nació en Londres, pero a todos los efectos fue considerado como australiano. Debía de tener muy claro Phil que quería ser profesional del ciclismo para pegar el salto a Europa. No en vano ya había sido campeón nacional amateur de su país en 1.978. Pero supo tener la suficiente determinación para viajar a Europa porque no creemos que otros ciclistas de su tiempo en Australia se hubiesen atrevido a dejarlo todo en aquellos tiempos y abandonar su país. En eso fue un auténtico pionero.

Fue fichado como profesional por el Peugeot de Maurice De Muer. Ya muy pronto obtuvo su primera victoria, ni más ni menos que en la París-Niza de 1.981. Etapas muy caras las de aquella edición, codeándose con los Silvano Contini, Tommy Prim, Jean-Luc Vandenbroucke, Roger de Vlaeminck, Adri van der Poel, Stephen Roche…

Tampoco era el líder de Peugeot Anderson en aquella edición del Tour de Francia de 1.981 en la que se vistió de líder por vez primera. El líder de aquella formación era Jean-René Bernaudeau, que por fin había abandonado la Renault, donde había permanecido a la sombra de Bernard Hinault. Aquel Tour fue ya la confirmación de la cuesta abajo en la carrera deportiva de Bernaudeau. Y menos mal que Anderson, con su dorsal 12, estaba en aquel Peugeot, pues fue lo más reseñable de esa formación durante aquel Tour.

Durante el Tour de 1.982 ya vistió de líder durante más de una semana. Phil Anderson estuvo catorce temporadas como profesional. Después de Peugeot se enroló en Panasonic, TVM y, finalmente, en Motorola. En la faceta que más destacó fue como escalador. Consiguió victorias importantes y hasta un quinto puesto en el Tour de Francia (1.982 y 1.985).

23-01-2016 Tour Down Under; Tappa 05 Mclaren Vale - Willunga Hill; 2016, Bmc, Racing; Porte, Richie; Willunga Hill;

Pero por lo que Phil Anderson ha pasado realmente a la historia de nuestro deporte es por su carácter pionero y por su valor simbólico. Así pues, el Tour Down Under era buen momento para acordarnos de él.

@ranbarren

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