Van Impe, el belga con varicela

Durante muchos años el ciclismo español ostentó el récord absoluto de victorias en la montaña del Tour. Un galardón secundario, pero con el que nuestro ciclismo, en inferioridad anímica frente a los extranjeros, se contentaba. Bahamontes tuvo un sucesor que le igualó a títulos. Lucien Van Impe se llevó seis entorchados de la montaña, el maillot de puntos rojos. 

Una prenda que simboliza lo que muchos ciclistas sienten por él y por el Tour. Un sentimiento que se contagia, se transmite, se hereda. Igual que la varicela se escapa y transmite de varias formas. Un premio que además luce cual afectado por dicha enfermedad, sin mayor cura que pelear en cada puerto de montaña por sumar unos puntos que a veces no son suficientes.

En su larga trayectoria profesional Lucien logró coincidir con monstruos de la bicicleta como Merckx, Hinault, Ocaña o Gimondi. Al igual que el toledano al que sucedió en el trono de águilas, el belga logró imponerse en un Tour, el de 1976. Curiosamente el último belga en lograrlo. 36 años más tarde aún siguen esperando un mesías que les desvirgue de esta racha sin igual en su ciclismo.

Van Impe no se quedó ahí y brilló en las tres grandes. En todas ganó etapa, aunque no el trofeo de la montaña, ya que en la Vuelta no le fue posible. Sí que lo hizo en el Giro en dos ocasiones.

Su última victoria, curiosamente, se produjo en Asturias, en la general de los Valles Mineros, una prueba con gran sabor clásico ya extinta.

Hasta la llegada de Virenque y su gran rendimiento en esto de resguardar las fuerzas para los puntos de la montaña, él y Bahamontes han reinado y aparecido en todas las estadísticas. Ello no quita para que hoy, 20 de octubre, se reconozca a un grandísimo escalador en su 66 cumpleaños.

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