ALEJANDRO VALVERDE EN RIO: TRABAJANDO PARA “PURITO”

Los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro eran los primeros como Seleccionador para el gran Javier Mínguez, “el Jefe”. España volvía a ser una de las favoritas pero la controversia estuvo presente antes incluso del inicio de los Juegos: Alberto Contador a quien la prueba le venía bastante bien, era baja por lesión, por lo que Mínguez perdía a una de sus bazas y la vacante del pinteño sería para Imanol Erviti.

Cuatro hombres de Movistar llamó el veterano técnico vallisoletano de cara a las Olimpiadas: Alejandro Valverde, Jonathan Castroviejo, Ion Izaguirre, Imanol Erviti y uno de Katusha, Joaquim “Purito” Rodríguez que sería junto a Valverde, el líder de la escuadra española.

El murciano en sus cuartos Juegos, iba a ser por primera vez el indiscutible jefe de filas tras haber trabajado para Óscar Freire en 2004 en Atenas, en Pekín 2008 era un liderazgo compartido, y en 2012 en Londres, fue una carrera un tanto rara.

Grupo EFE

Joaquim Rodríguez sería la otra baza en sus primeros y últimos Juegos pues se retiraría al término de esa temporada. El catalán tenía una deuda pendiente con la Selección Española tras la plata en los Mundiales de 2013 en Florencia, y quién sabe si el destino no le tenía preparada una sorpresa en forma de medalla olímpica.

Esa misma tarde del 6 de agosto de 2016, Alberto Contador que estaba lesionado y no fue a los Juegos para preparar la Vuelta a España, había ganado in extremis la Vuelta a Burgos, por lo que muchos se preguntaban, por qué el ciclista madrileño no había podido estar en Brasil.

Así las cosas, la delegación española dio la cara y estuvo presente hasta el final a pesar del circuito largo y duro; y el clima, caluroso y húmedo, y por momentos, tropical y salvaje.

El circuito, de 241 kilómetros, contaba con un tramo de pavés, dos repechos, el de Grumarí (1,3 km al 9,4%) y el de Grota (2,1 al 6,8%) y una bajada larga, estrecha y peligrosa, como finalmente se comprobaría con algunas caídas. Viéndolo por la tele, recordaba por momentos al de Duitama en los Campeonatos del Mundo de 1995 cuando Olano fue oro, e Induráin plata.

Tras varias fugas de ciclistas y países que buscaban ser protagonistas, a 47 kilómetros de meta, Polonia movía la carrera con el excampeón del mundo, Michal Kwiatkowski. Quedaba mucho y estaba claro que no sería un movimiento definitivo, pero por detrás otro grupo con varios hombres entre ellos Greg Van Avermaet indicaba que Bélgica quería ser tenida en cuenta.

Los españoles estaban bien situados, Jonathan Castroviejo se desgastaba en el segundo puerto tirando de un grupo en el que estaban Valverde y Joaquim Rodríguez, además de integrantes de selecciones importantes como Reino Unido, Francia o Italia. Otros grupetos se iban formando con escasa distancia; en todos, corredores que habían sido protagonistas en el Tour de Francia que había finalizado días antes, como Sergio Henao, Fabio Aru o Geraint Thomas. Todos, con la mente en la última ascensión.

Poco a poco cedían corredores importantes, o se caían como el australiano Richie Porte que a 34 kilómetros de meta daba con sus huesos en el suelo en la bajada que sería clave en la carrera. Después, Italia movía ficha con Nibali y Aru como protagonistas. España no entraba en el corte y Valverde que no estaba fino, tuvo que sacrificarse para que “Purito” por lo menos no perdiese posiciones. 

La fuga de los escapados parecía buena: los italianos Aru, Nibali y Caruso, el danés Fulgsang, el colombiano Sergio Henao, el polaco Rafal Majka, el galés Geraint Thomas por parte de Reino Unido, Van Avermaet por parte de Bélgica, o el kazajo Zeits, parecían hombres dignos de llevar la medalla olímpica.

Mientras, en un alarde de amor propio y haciendo un gran desgaste, a veinte de meta contactaron con los escapados “Purito” y el sudafricano Louis Meintjes. Quizás la opción de Valverde se había desvanecido y ya se empezaban a escuchar las críticas a Mínguez, pero ahí estaba Joaquim. E iba a intentarlo hasta el final.

Vincenzo Nibali que era el gran favorito lo intentó varias veces hasta que por fin su ataque cuajó. El “tiburón” se llevó consigo a Henao y a Majka y los tres hicieron hueco. Por detrás, “Purito”, Van Avermaet y compañía veían que las opciones de medalla se esfumaban. A ellos se les unió un incisivo Alaphilippe.

Los  tres escapados parecían que se iban a repartir las medallas. Su ventaja subía casi hasta el medio minuto, y justo en una zona donde Nibali se defiende muy bien, en las bajadas, en Vista Chinesa y arriesgando, comprobó que la suerte no estaba con él. Viendo que los perseguidores estaban a unos 15 segundos, el trío delantero bajaba frenéticamente y tanto Nibali como Henao se iban al suelo; mientras que Majka pudo salvarse de milagro. Por detrás también Geraint Thomas se caía.

Aunque Majka se vio ganador estando ya eliminados Nibali y Henao, la suerte no estaría tampoco de su lado. Tras la caída, el grupo perseguidor volvía a aspirar a las medallas. Al menos a la plata y  al bronce, pues el polaco de Tinkoff  parecía disparado hacia el oro.

Sin embargo, a cinco de meta Fulsang y Van Avermaet atacaban y nadie era capaz de seguirles. El belga y el danés se entendían bien y vieron que Majka iba con la gasolina justa. Tanto que a un kilómetro y medio de meta le cazaron con la playa de Copacabana de testigo.

Tras un respiro, el belga de BMC, ponía un broche final a una genial temporada en la que ya fue líder del Tour de Francia, y se imponía en el sprint a Jacob Fulgsang. Majka, extenuado, ni siquiera esprintó. Visto lo visto, el bronce era un gran premio.

Por detrás, llegaba Joaquim Rodríguez que intentaba ser cuarto, pero no pudo con Alaphilippe. Quinto puesto para “Purito” que obtenía Diploma Olímpico en una de sus últimas carreras como profesional.

Alejandro Valverde que no tuvo un buen día, supo que su rol era trabajar para el catalán y no lo dudó. Con todo, el murciano pudo terminar la carrera entrando en meta en trigésima posición, a casi diez minutos de Van Avermaet. Los otros integrantes de la Selección Española, Castroviejo, Ion Izaguirre e Imanol Erviti abandonaron cuando su labor no daba más de sí y su trabajo estaba hecho.

Así fue la última actuación de “el Bala” en unos Juegos Olímpicos. Para muchos, por edad serían los últimos; sin embargo dos años después por fin Alejandro conseguiría ese arcoíris que llevaba en las piernas y en una segunda (o tercera) juventud, volvía a sorprendernos a todos con un nivel, pelea, entrega y compromiso que superaba las expectativas.

Ahora en 2021, encara su quinta participación en unas Olimpiadas. Será difícil rascar medalla, eso es obvio; pero es una carrera de un día, Momparler ha montado un equipo fiable con las ideas claras, y ya no tiene la presión de ese Mundial que se le resistía.

Además en los últimos meses está rindiendo a un grandísimo nivel con algunas actuaciones más que notables… ¿Y si “la leyenda” nos vuelve a sorprender?, ¡vamos Alejandro!, ¡vamos España!

SERGIO ANDRÉS / @ entrebiciybalon

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